7 malos hábitos que debes cambiar

Vanesa Matesanz Vanesa Matesanz
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A veces tenemos esas manías, esos hábitos que adquirimos a través de la vida o porque vimos cómo los hacían a lo largo de nuestra infancia. Pero nunca es demasiado tarde para cambiar y mejorar. Siempre hay tiempo para corregir y para aprender. Por eso en este libro de ideas queremos que dejes atrás  los viejos hábitos y te plantees las cosas de nuevo. 

Notarás cómo tu casa comienza a tener otra vida, cómo te sientes más liberado, cómo todo es más funcional de lo que era hasta ahora. ¡Te vas a sorprender! Sólo se trata de poner un poquito de nuestra parte…  

1. No guardes cosas viejas

Quién más y quién menos guarda cosas en casa, que sólo sirven para acumular polvo y para ocupar espacio de manera innecesaria. Por eso te recomendamos que eches un ojo por las distintas habitaciones de tu casa y seas realmente sincero con lo que vale y con lo que no… y sobre todo, con lo que necesitas renovar por higiene y salud.  

¿Una de las habitaciones más importantes en este respecto? El baño. Hablamos del cepillo de dientes, que debe ser reemplazado cada tres meses, las cremas abiertas durante décadas, que ya no hacen ningún efecto y tienen bacterias acumuladas, la esponja o la ducha. Son cosas con las que no nos damos cuenta de que el tiempo pasa, pero la verdad es que tenemos que tener mucho cuidado con estos artículos de higiene personal, ya que tienen contacto directo con nuestro cuerpo. 

2. Cambia las sábanas de forma habitual

Sí, sabemos que cambiar las sábanas, lavarlas, plancharlas… es un aburrimiento. Pero no demores este proceso demasiado, ya que en ellas se acumula el sudor de las noches, pelos, bacterias, suciedad, etc. Te recomendamos que las laves una vez por semana en verano, a lo sumo una vez cada 15 días si estamos en invierno. También (además de lavarlas) puedes airearlas cada 3 o 5 días. 

3. Juega con las fundas

Solemos comprar sábanas, fundas nórdicas, fundas de cojines, etc., todas iguales, a conjunto las unas con las otras. Nosotros te recomendamos que vayas un paso más allá de este hábito que muchos tenemos, y apuestes por introducir y combinar diferentes tipos de fundas y cojines en tu cama o tus sofás. Por supuesto, y al igual que hablábamos en el punto anterior, deberás lavarlas de forma frecuente. Vas a conseguir un efecto espectacular. 

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4. No todo tiene porqué ser blanco

Es cierto que el color blanco para pintar las paredes y el techo es el tono favorito cuando se trata de diseño de interiores, pero no hay una regla u obligación. Puedes pintar una de las paredes o el techo del color que más te guste, eso depende mucho de las condiciones de cada vivienda (más o menos luz, más o menos espacio… )

Siempre se puede mantener una paleta de colores claros, que provocará la reflexión de la luz natural y artificial para crear un ambiente más amplio y luminoso. Los colores como gris claro, beige, pastel azul o amarillo o rosa bebé son algunas de las hipótesis. ¡La decisión la tienes tú! 

5. No acumules alimentos pasados

A veces de forma consciente, otras de forma completamente descuidada… acumulamos alimentos caducados o pasados en nuestra cocina. Por eso, cada vez que vayas a la compra, te recomendamos que revises la cocina y los armarios y veas que todo lo que tengas se pueda consumir. Una vez tienes claro que todo aún es apto, puedes seguir sencillos trucos, como colocar lo más urgente de consumir en la zona más exterior de la nevera o los armarios, para que lo veas nada más abrirlos. 

6. No acumules ropa, trastos, decoración…

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Además de los alimentos, que tiene que ver más con la salud y con la conciencia del desperdicio… hay otras muchas cosas que acumulamos y acaban invadiendo nuestra casa. Nos estamos refiriendo a la ropa vieja y ajada, a la decoración que llena estanterías y armarios, a los objetos que acumulamos sin usarlos. A veces da pena desprenderse de según qué cosas, pero te aseguramos que puede ser lo mejor que hagas por ti y por tu vivienda. Haz cajas para dar a familiares o amigos, otra para donar y otra directamente para tirar.

Lee más en: 8 sencillas pautas para organizar tu armario. 

7. No sigas los estereotipos de género

Qué antiguo suena ya eso del azul para niño y rosa para niña, ¿verdad? Si es algo que aún tú sigues llevando a cabo… es hora de desterrarlo. Todos los colores son unisex tanto en decoración como en vestuario. Te instamos a que dejes atrás ese viejo hábito y prepares la habitación de tu pequeño del color que más te guste (antes de que nazca) o del que más le guste a él cuando sea algo más mayor. 

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