En el libro de ideas otoñal del día de hoy, viajamos a Lisboa (Portugal) para conocer una propuesta residencial suburbana del estudio É Ar Arquitectura.
La obra bajo una estética exterior con impronta local, define una arquitectura moderna y funcional utilizando –de modo poco convencional- la cubierta inclinada de tejas españolas. La elección no fue solo formal ya que por las condiciones climáticas de la región ese tipo de cubierta era una solución sencilla que aportaba el confort necesario al espacio interior de la casa.
La caja arquitectónica –tanto interior como exterior- es blanca y neutra para destacar las texturas y colores de los materiales empleados en su interior.
La doble altura acomoda el área social de la casa –cocina, comedor y living- que aporta abundante luz natural durante todo el día.
Los autores acomodaron el programa de necesidades del cliente en dos niveles y en una escala adecuada en equilibrio con el paisaje exterior.
Deja un momento lo que estás haciendo y refréscate con las ideas de arquitectura y decoración que te presentamos en esta nota.
Una vista exterior de la casa nos muestra un plano blanco con cubierta inclinada cuyas aristas vivas se recortan contra el paisaje de fondo. Las ventanas en planta baja son rectangulares con lógica moderna a diferencia de la ventana del piso superior cuya forma irregular imita la pendiente de la cubierta. Este gesto simple aporta identidad y singularidad a la vivienda, diferenciándola del resto de la arquitectura residencial del barrio.
La casa se implanta en un lote de la localidad portuguesa de Coruche (Distrito de Santarém) que no supera los 5.000 habitantes.
La composición de la casa es asimétrica y presenta una imagen exterior muy particular ya que, combina una caja arquitectónica con cubierta inclinada con muros de hormigón junto al acceso principal.
El ingreso principal a la vivienda se jerarquiza a partir de un porche que se concreta a partir de un semicubierto que protege la puerta principal de madera de la incidencia directa del sol.
La fachada carece de detalles superfluos o innecesarios ya que los autores utilizan la nobleza de los materiales elegidos para aportar textura y color a la composición. En esta vista de la casa, destaca el tono rojizo de las tejas y el gris plomo del hormigón visto.
A pesar de contar con una cubierta inclinada de tejas españolas, la vivienda se diseñó a partir de una lógica moderna que se define a partir de una composición asimétrica y muy singular.
Ahora, detenemos nuestra atención en el hall distribuidor de la vivienda. Destaca la garganta del cielorraso que ilumina de forma indirecta el espacio generando un efecto visual muy interesante.
Tres nichos en la pared –iluminados en su interior- acomodan objetos de arte y deco a modo de vidriera exhibidora.
El color oscuro del revestimiento de piso, destaca la alfombra, cuyo diseño y color aporta identidad al espacio completando la escena.
La imagen muestra el detalle del hogar en el espacio dedicado al estar, desde el cual accedemos desde el hall distribuidor.
Nada más perfecto que un espacio así para las tardes noches de otoño que comienzan a asomarse de a poco… .
La cocina se organiza en un amplio espacio muy luminoso de doble altura. El espacio de trabajo se ordena a partir de una tipología lineal que se complementa con una isla central que ubica el área de cocción –con su correspondiente campana extractora de acero inoxidable- y el área del lavado. También hacia el extremo, la isla ubica un breakfast o comedor diario.
La estética del espacio es moderna y se concreta a partir de bajo mesadas con puertas blancas sin herrajes a la vista que combinan con la mesada blanca de silestone. La isla, en cambio, se materializó con microcemento alisado en la mesada y se adoptó un bajo mesada blanco.
La cocina presenta un amplio espacio de guardado que fue realizado a medida para aprovechar al máximo las dimensiones del ambiente.
La composición se genera a partir de colores neutros –blanco y gris- que armonizan con el acero inoxidable presente en artefactos.
