Especial fachadas: ideas para un diseño espectacular

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
Wohnbebauung "Lindenpark" Oskar-Jäger-Straße, Köln-Lindenthal, Gritzmann Architekten Gritzmann Architekten Minimalistische huizen
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La fachada de la casa es un elemento esencial dentro del conjunto. No sólo es la primera impresión que cualquier observador percibe al detener su mirada en la construcción. Su papel trasciende del mero plano estético ya que, en la práctica, las fachadas de casas son los elementos constructivos que separan el interior del exterior. Desde este punto de vista, cuestiones como su orientación, materiales, tipología o ejecución adquieren una relevancia capital. Como parte de la construcción, su presencia es determinante para alcanzar las exigencias de eficiencia energética y confort interior recogidas en el marco legal vigente.

Es precisamente esa normativa y la evolución de la propia arquitectura lo que ha dado lugar a nuevos tipos de fachadas. Sistemas que, en la práctica, denotan una mayor preocupación por la optimización de las construcciones en términos de ahorro energético, así como por la protección del medio ambiente. Los profesionales del sector apuestan por soluciones adaptadas a las nuevas realidades, ofreciendo alternativas sostenibles y atractivas capaces de satisfacer las necesidades de los propietarios y los imperativos legales.

¿Qué es una fachada?

Los académicos de la lengua definen el término fachada como el “paramento exterior de un edificio, especialmente el principal”. Sin embargo, en arquitectura, la referencia engloba no sólo la cara vista de la construcción, denominada fachada principal, sino también la posterior, las fachadas laterales o las interiores. El objetivo final de cada una de ellas no es otro que la protección que ofrecen respecto a los agentes externos y, en este sentido, su funcionalidad se entiende en términos de mantenimiento de las condiciones térmicas y acústicas necesarias en el interior. Capítulo aparte merece la cuestión estética aunque es un factor a tener en cuenta a la hora de elegir un sistema u otro. 

Diferentes estudios señalan que el gasto de la climatización supone entre un 40 y un 65% del total del gasto del edificio, una cuestión que refuerza la importancia de contar con unas fachadas de casas apropiadas. Las fachadas norte y este de las construcciones de nuestro país, son el escenario por el que, durante los meses de frío, suelen registrarse las mayores pérdidas energéticas mientras que, en verano, son las caras sur y oeste las que propician ganancias debido a la incidencia de las horas de sol. Contar con una envolvente adecuada del edificio o casa es fundamental para el mantenimiento de unas condiciones interiores confortables que cumplan los parámetros estipulados por el marco legal vigente.

Tipos de fachadas

La evolución de las fachadas ha sido notable. Hasta mediados del siglo pasado, el sistema de fachada tradicional se materializaba en una única hoja cuyo grosor no era tomado demasiado en cuenta (salvo en climas extremos) en términos de aislamiento térmico. La introducción de la cámara de aire entre dos hojas, hace más de medio siglo, y la popularización del aislamiento térmico años después, marcaron una tendencia evolutiva que ha ido mejorando con el paso del tiempo. En líneas generales, podemos hablar de dos tipos fundamentales de fachadas: 

- Ligeras: son livianas, fáciles de montar y propensas al paso de la luz natural aunque costosas en términos de climatización por sus condiciones particulares en términos de aislamiento térmico y acústico. Dentro de esta denominación podemos diferenciar entre fachadas panel (a base de paneles verticales encajados entre sí) y muros cortina (sin carga en el edificio y basada, generalmente, en la combinación de elementos de aluminio y cristal) 

- Pesadas: Construidas con materiales tradicionales distinguiendo entre: fachadas transventiladas o ventiladas (cerramiento compuesto de una hoja interior, aislante térmico y hoja exterior, utilizadas principalmente en edificios institucionales debido a su coste) y fachadas prefabricadas (compuestas por módulos de pared que se ensamblan sobre la construcción).

Materiales para la fachada

Cada tipo de fachada cuenta con un material más o menos adecuado para su diseño y ejecución. La elección no sólo depende de los gustos particulares de los propietarios sino también de las condiciones climatológicas a las que deba hacer frente este elemento constructivo. En la práctica, los revestimientos o materias primas más demandadas para la envolvente de los edificios son la piedra, la madera el hormigón o el ladrillo visto. 

Conviene recordar que este elemento constructivo es el principal escenario de intercambio energético de toda construcción con el exterior, de ahí que la elección de los materiales resulte tan importante. En la actualidad, la proliferación de las Passivhaus, esto es, las construcciones de consumo cero o la vuelta a técnicas tradicionales siguiendo parámetros actuales, han contribuido a la materialización de soluciones sofisticadas e inteligentes que, en definitiva, buscan optimizar al máximo los recursos reduciendo el consumo y garantizando las condiciones óptimas de los edificios sin tener que recurrir al abuso de la calefacción o el aire acondicionado.

Parámetros básicos

El Código Técnico de Edificación es el marco normativo que recoge las exigencias a las que ha de responder cualquier construcción. En la práctica, esas particularidades se refieren a la seguridad (tanto estructural, contraincendios o de utilización) y la habitabilidad (entendida en términos de salubridad, protección frente al ruido y eficiencia energética. 

Da igual que hablemos de fachadas de casas pequeñas, edificios institucionales, fachadas de casas bonitas o menos agraciadas, todas ellas están sujetas a la legalidad vigente que, entre otras cosas, establece norma claras para la envolvente de cualquier construcción. En términos de eficiencia energética, por ejemplo, la normativa establece que los edificios han de disponer de una fachada que limite “la demanda energética necesaria para el bienestar térmico” atendiendo, entre otras cosas, al clima local, el uso del edificio, la estación o sus características de aislamiento e inercia. 

La norma tampoco escatima en exigencias al respecto de las condiciones acústicas vinculadas a la fachada, entendiendo la misma en el más amplio sentido del término. La finalidad última de su diseño y ejecución ha de ir encaminada a la reducción de la transmisión del ruido tanto aéreo como de impactos o vibraciones. Cuestiones de seguridad, relativas a la estabilidad y la resistencia (fundamentalmente relacionadas con la incidencia del viento) o especificaciones en materia de protección contraincendios, también están recogidas en el documento que rige cualquier proyecto.

¿Qué estilo elegir para la fachada?

Dicen que la cara es el espejo del alma y, cuestiones técnicas al margen, la fachada viene a ser ese reflejo del interior de nuestra casa. Una vez decida la tipología o sistema constructivo es posible conseguir que la envolvente de la casa adquiera el carácter de una fachada moderna, rústica, minimalista… Conferirle un estilo u otro tiene mucho que ver con la elección de los materiales

Si se trata de conseguir fachadas de casas rústicas, por ejemplo, la opción ideal es decantarse por un revestimiento en madera o una fachada de piedra aunque, en el caso de esta última, la gama de acabados es tan amplia que también puede dar vida a la cara vista de una casa moderna. Esa estética contemporánea puede conseguirse igualmente mediante un revestimiento de ladrillo visto u hormigón. Las fachadas prefabricadas en metal o los revocos de mortero y enlucidos con acabados de diferentes colores, son perfectas para trasladar un halo de minimalismo y modernidad al conjunto. 

En cualquier caso, el asesoramiento profesional es una garantía de éxito, no sólo a nivel estético sino también estructural ¿hablamos?

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