Intermoble se dedica a las reformas interiores de viviendas. A esas reformas que cualquiera de nosotros puede necesitar en un momento determinado: cambiar la bañera por una placa de ducha, sustituir el alicatado porque se ha quedado viejo, o diseñar una nueva cocina porque necesitamos aires nuevos en la casa. En esto son ellos especialistas, y lo hacen de una forma eficaz y adaptada a los requisitos de cada uno de sus clientes.
Os hemos querido traer una de las reformas integrales que han llevado a cabo de una cocina y un baño en un apartamento de playa que necesitaba urgentemente un lavado de cara.
¿Queréis ver el resultado?
La cocina se había quedado totalmente anticuada. Sus paredes estaban revestidas de azulejos cuadrados de pequeño formato con un dibujo que hacía juego con las baldosas de terrazo del suelo, tan utilizadas en los años 90. Los muebles también lucían algún tipo de textura que nada tenía que ver con los azulejos o el suelo, y por si esto fuera poco, aparecían dos colores, el amarillo y el azul, en los cajones y en las carpinerías de las ventanas.
Al fondo de la imagen, vemos el lavadero convertido en trastero.
La principal transformación que ha sufrido la cocina viene por medio de la incorporación del lavadero a su superficie. Se consideraba que este espacio podría ser mejor aprovechado si se cerraba por medio de una cristalera y una celosía y se diseñaban armarios de almacenamiento. Además, este cambio ha servido para que la luz que entra por el lavadero ilumine el interior de la cocina sin toparse con ningún tipo de partición.
Al baño le pasaba igual que a la cocina. El alicatado de las paredes era muy antiguo y oscurecía la estancia, que ya de por sí cuenta con poca luz natural. Los sanitarios eran pequeños y su distribución poco funcional, porque se desaprovechaba mucho espacio.
Todos los pisos antiguos de este país contaban con una bañera. Daba igual el poco espacio del que se disponía, la opción ducha no se contemplaba. Pero en este caso, no se trata de una bañera convencional, sino de una que permite lavarse estando sentado. Algo práctico para personas mayores, pero que ahora ya no era necesario.
El nuevo baño ha cambiado completamente su distribución. En el nicho de la pared ahora se ha situado el lavabo, una pieza rectangular de líneas sencillas con un mueble inferior que sirve de almacenamiento. De esta forma ese hueco se aprovecha completamente. El gran espejo contribuye a aumentar la sensación de amplitud espacial.
También el alicatado de las paredes ha sufrido una gran transformación, puesto que los pequeños azulejos han sido sustituidos por otros rectangulares, blancos y de mayor formato mucho más actuales.
Si queréis más ideas sobre los revestimientos en los baños, no os perdáis este libro de ideas: ’Ideas para los revestimientos de pared del baño’.
Para terminar os mostramos cómo ha quedado la nueva placa de ducha que ha sustituido a la bañera. La placa ocupa mucho menos espacio y se ha ubicado en la esquina. De esta forma, el espacio sobrante ha podido cederse al resto de la habitación para distribuir mejor los sanitarios y montar armarios de almacenaje.
La nota de modernidad la dan los azulejos color vino que revisten el interior de la ducha.